Crianza lúdica y positiva de un niño - parte 1.
Recientemente, muchos de nosotros hemos pasado más tiempo con los niños de lo habitual. Es posible que te hayas dado cuenta de algunas cosas sobre la crianza, a las que no habías prestado mucha atención antes. Para algunos de nosotros, esta situación nos quitó las gafas de color rosa. Hemos visto con nuestros propios ojos que el niño, así como nuestra capacidad para criarlo, todavía tienen mucho margen de mejora😊.
Crianza lúdica y positiva de un niño ... ¿quién no querría eso?
Pero, ¿cómo lidiamos con cosas como: exigir atención, morderse las uñas, rascarse la nariz, habitación desordenada, enuresis, agresión, audacia, ser quisquilloso para comer, miedo a la oscuridad y otros miedos, ruido excesivo, timidez, retrasos, impaciencia, falta de concentración, convulsiones y arrebatos emocionales, burlarse y molestar a otros niños, ser el primero y el mejor a toda costa, no respetar las necesidades de los demás, no ser empático?
Hay muchos tutoriales e instrucciones en todas partes, pero no tantas soluciones funcionales. ¿Quién pone en práctica todos esos tutoriales? Además, estamos convencidos, que nuestro hijo y nuestra situación son absolutamente únicos ...
Sí, tienes razón. No es fácil, y me temo que el método de prueba y error probablemente nunca pasará de moda. Hay varias formas de resolver los problemas de un niño. Pero nos centraremos en los que no se centran en los problemas. ¿Qué quiero decir? Te lo explicaré de inmediato.
Probablemente todos sepamos lo difícil que es deshacerse de un mal hábito. Por ejemplo, siempre he aprendido más rápido a tocar una canción nueva en lugar de desaprender la forma incorrecta de tocar una canción vieja. Para eliminar el mal hábito (problema), primero debes desenrollarlo de los hilos del cerebro. Y sólo entonces puedes empezar a enrollar el nuevo de la manera correcta. Por otro lado, mientras construyes un hábito completamente nuevo, estás libre de la primera fase (relajación) 😊. Podemos utilizar un enfoque similar al criar hijos.
No tenemos que centrarnos tanto en el problema del niño en sí. En su lugar, nos centraremos en construir lo que queremos lograr.
El problema representa una oportunidad para aprender una nueva habilidad que aún no se ha desarrollado o que aún le falta al niño. Y es gracias a esta nueva experiencia que el problema realmente se resolverá, o dejará de existir. Usamos la tendencia natural del niño a aprender cosas nuevas (también se aplica a los adultos). El niño tiene una excelente predisposición a aprendizaje, es como una esponja (lamentablemente en ambos sentidos: bueno y malo). Es mucho más fácil para ellos superar una situación problemática con una habilidad recién adquirida que un análisis detallado de sus problemas y fracasos. Porque se aplica una regla:
A lo que prestamos atención, crece.
Por lo tanto, al señalar incorrectamente sus defectos o fallas, en realidad, sin darnos cuenta, los creamos en el niño. Probablemente todos nos hemos dado cuenta de que no imaginarse un elefante rosa no es la mejor estrategia para no imaginarlo😊. Es mucho más apropiado llenar el contenido de la mente con algo completamente diferente (por ejemplo, un campo verde) que preocuparse por no imaginar lo que no queremos imaginar.
Análisis de problemas, como: ¿Por qué hiciste eso? ¿Qué te llevó a esto? ¿Desde cuando lo haces? ¿Por qué no puedes calmarte? ¿Qué tiene de difícil? ¿Dónde aprendiste esto? ¿De quién lo aprendiste? ¿Otra vez? ... y muchos otros no crean sensaciones agradables.
Además, es posible que esto convierta al niño en un experto en sus problemas y no en un experto en resolverlos. Entonces, si queremos analizar algo, preferimos analizar su éxito. "Vamos a atraparlo" haciendo algo que realmente queremos que haga aún más.
Padres como detectives del éxito.
Esto aumentará tu autoconfianza y fijación en lo que el niño ya está haciendo (aumentará la probabilidad de que continúe haciéndolo). Además, el niño comprenderá que tú no solo eres consciente de sus errores, sino que también eres consciente de sus logros y aspectos positivos.
Atención, sin embargo, ¡no hay necesidad de esperar un gran éxito! Puede que nunca llegue😊 Es útil capturar incluso los pequeños cambios positivos en el comportamiento. Es entonces cuando nuestras preguntas curiosas funcionan a favor de profundizar en su pericia para resolver: Me di cuenta de que ... Excelente ... ¿cómo lo hiciste? Aprecio eso ... Me impresionó ... ¿Cómo hiciste eso? ¿Cuál fue la parte más difícil? ¿Cuánto tiempo te llevó?
No es necesario elogiar todo el tiempo (escribiré sobre el arte del elogio en mi próximo blog). Más importante que los elogios es nuestra curiosidad y atención. Nuestras preguntas sinceras y curiosas no solo le brindan al niño la atención que tanto desea, sino que también lo ayudan a darse cuenta de "cómo" lo lograron. Entonces podrían repetirlo más tarde y posiblemente aplicarlo a otra situación.
Nuestra atención (nuestra habilidad de observación o mindfulness) es una condición necesaria para que esto suceda. Porque solo podemos elogiar y resaltar lo que notamos. Esta habilidad debe cultivarse especialmente en los casos en los que parece difícil encontrar algo positivo. Pero siempre pasa algo. Nada es constantemente igual, es solo una cuestión de si podemos capturar esos pequeños cambios y apagar las pequeñas chispas en un fuego más grande.
Braňo Hromada – Coach & Trainer